Carlos Niño, director de la Escuela de Natación Burbujas, una de las más reconocidas de Bogotá, espera que autoricen la apertura de las piscinas para la enseñanza.

Carlos Niño, director de la Escuela de Natación Burbujas, considera que la crisis de salud, con motivo de la pandemia, ha causado considerables pérdidas, incluso de puestos de trabajo, y aspira a que el Gobierno les tire un salvavidas rápidamente y les dé luz verde para poder abrir una vez las piscinas.
Ahora, para las vacaciones, después de la intensidad de las clases virtuales, la apertura les daría a los chicos la oportunidad de cambiar la rutina y aprovechar el tiempo libre

“Nosotros, los propietarios de piscinas, como gremio, siempre hemos cumplido con las normas de salubridad. Es muy triste ver la piscina vacía, sin los niños, que vienen a aprender a nadar y a crear hábitos deportivos. Ahora, para las vacaciones, después de la intensidad de las clases virtuales, la apertura les daría a los chicos la oportunidad de cambiar la rutina y aprovechar el tiempo libre.
Y los más pequeños, los bebés, pueden complementar su relación con el agua, en sus primeras experiencias dentro del agua. Por eso necesitamos con urgencia que nos den el aval para volver a nuestras labores”, dijo con ilusión quien ha trabajado por décadas en la enseñanza y la perfección de los estilos de la natación.
Durante el tiempo de cuarentena varias de las escuelas de natación en Bogotá han tenido que cerrar y la situación no es nada fácil ya que algunos de los centros de aprendizaje están en lugares arrendados.
Entre los compromisos que cita Asalvo para la reapertura de las piscinas está la frecuencia de las clases con menos aforo, con un intervalo de tiempo para efectuar una nueva desinfección del espacio y tener un estricto control de ingreso, con señalización en áreas comunes, y desde luego, cumplir con la normatividad de bioseguridad exigida por las autoridades sanitaria establecida por la ley frente al covid-19.
JAVIER ARANA
ELTIEMPO.COM
@arana_javier
Tomado de El Tiempo.