Desde el monitoreo de la deforestación hasta el diseño de materiales bajos en carbono: una lista de cómo la Inteligencia Artificial puede ayudar a combatir el efecto invernadero, que provoca el calentamiento global.

Por: Belén Drugueri

Un nuevo artículo científico publicado por algunos de los pensadores más reconocidos del campo, pretende responder la pregunta: «¿Puede la Inteligencia Artificial ayudarnos con una de las mayores amenazas que enfrenta la humanidad?». Hablamos del cambio climático,  uno de los problemas más grandes que la sociedad enfrenta, con consecuencias cada vez más graves a medida que los desastres naturales se multiplican, los niveles del mar aumentan y los ecosistemas decaen.

La investigación presenta algunos ejemplos de cómo el aprendizaje automático puede ayudar a prevenir la destrucción humana. Los autores del artículo, entre quienes se cuentan la Directora Ejecutiva de DeepMind, Demis Hassabis, el ganador del premio Turing Yoshua Bengio y al cofundador de Google Brain, Andrew Ng, dicen que la Inteligencia Artificial podría ser «invaluable» para prevenir los peores efectos del cambio climático, pero también recalcan que la tecnología sola no basta, y que la acción política es fundamental y desesperadamente necesaria.

En total, el documento (que podes leer entero acá) sugiere 13 campos donde se podría implementar la Inteligencia Artificial para ayudar a combatir el cambio climático. Nosotros elegimos los 5 más esenciales para armar esta lista.

 

Muchos de los mayores efectos del cambio climático en las próximas décadas van a ser impulsados por problemáticas complejas, como los cambios en la cobertura de nubes y la dinámica de la capa de hielo. Estos son exactamente el tipo de problemas para cuya prevención  la Inteligencia Artificial puede ayudar. Modelar estos cambios ayudaría a los científicos a predecir eventos climáticos extremos, como sequías y huracanes, y a su vez asistiría a los gobiernos para protegerse contra futuros efectos

2.-Monitorear las emisiones agrícolas y la deforestación

 

Si bien mucha gente cree que los gases del llamado efecto invernadero son emitidos únicamente por los motores y las centrales eléctricas, en realidad se deben en gran parte a la destrucción de árboles  y otras plantas que capturaron carbono a través del proceso de fotosíntesis durante millones de años.La deforestación y la agricultura insostenible hacen que este carbono se libere de nuevo en la atmósfera, pero usando imágenes de satélites e Inteligencia Artificial, podemos identificar dónde está sucediendo esto y proteger estos sumideros naturales de carbono.

3.-Crear nuevos materiales bajos en carbono

 

El artículo señala que el 9% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la producción de concreto y acero. El aprendizaje automático podría ayudar a reducir esta cifra al desarrollar alternativas bajas en carbono para estos materiales. Lo que hace la Inteligencia Artificial es asistir a los científicos a descubrir nuevos materiales, permitiéndoles modelar las propiedades e interacciones de compuestos químicos nunca antes vistos.

4.-Hacer del transporte algo más eficiente

 

El sector del transporte representa una cuarta parte de las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con la energía. Como pasa con los sistemas de electricidad, el aprendizaje automático podría hacer que este sector sea mucho más eficiente al reducir el número de viajes desperdiciados, aumentando la eficiencia de los vehículos y cambiando el transporte de mercancías a opciones bajas en carbono, como el ferrocarril.La Inteligencia Artificial también podría reducir el uso de automóviles mediante el despliegue de vehículos autónomos, como los de Tesla, pero los autores señalan que esta tecnología todavía no fue probada en el ámbito agrario.

5.-Reducir la energía desperdiciada de edificios

 

La energía consumida en los edificios representa otro cuarto de las emisiones mundiales de CO2, y presenta algunos de los objetivos más fáciles de lograr para el cambio de la acción climática. Los edificios son duraderos y rara vez se actualizan con nuevas tecnologías, pero esto no significa modificar por completo su estructura. Agregar solo un par de sensores inteligentes para monitorear, por ejemplo, la temperatura del aire, la temperatura del agua y el uso de la energía, puede reducir el consumo de energía en hasta un 20% en solo un edificio.Y si hablamos de los proyectos a gran escala que monitorean ciudades enteras, el impacto es claramente mayor.

Tomado de Filo.news